Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

lunes, 30 de marzo de 2015

Tomemos aire y votemos

Para muchos la semana comprendida entre el día lunes 30 de marzo y el domingo 5 de abril significa descanso obligatorio, dado que las instituciones educativas liberan a estudiantes y profesores de las tareas cotidianas. También en los distintos órdenes de gobierno el inicio de abril es, para unos y otros, la ruptura de inercias y el inicio de una serie de esfuerzos dedicados a descansar de acuerdo a los usos y costumbres que marca la televisión y la publicidad comercial.

Nos instalamos sin distracciones laborales en el papel de clientes cautivos de los reclamos publicitarios, los embates propagandísticos y el flagelo siempre punzante del dinero que, igual que la temporada pasada, alcanza para menos de lo que se necesita para calificar de cliente distinguido al afanoso vacacionista. El precarismo resulta ser bastante democrático y, a pesar de ello, se pueden ver largas flas en las cajas de los supermercados y los puestos de peaje carretero. El dinero fluye gracias al estímulo de la mercadotecnia y a la fe del que cierra los ojos, saca la cartera y extrae el monto exigido por el mercado. El dinero circula con creciente velocidad, moviendo la economía y estrechando una intensa relación coyuntural entre oferentes y demandantes, entre proveedores y consumidores. Las gallinas que entran por las que salen.

Miramos arrobados los anuncios de hoteles donde hay chicas rubias de tez bronceada y ojos azules, albercas pletóricas de promesas lúdicas y rodeadas de diligente personal de servicio que adivina nuestra bebida favorita y los bocadillos apetecidos; nos imaginamos gozando las cómodas sillas playeras, la magnífica disposición de los espacios sombreados y, sobre todo, el glamur y la sofisticación del primer mundo “al alcance de cualquier presupuesto”. Nos sentimos momentáneamente llevados por el entusiasmo, por la vaporosa ilusión de poder echar mano del dinero en efectivo, o la tarjeta que nos sirve de pasaporte a la abundancia vacacional, ajenos al saldo y a las amenazas de una deuda que genera intereses sobre los intereses. Somos trabajadores en ejercicio de nuestras labores de consumidores.

Pero, a pesar del ambiente relajado y displicente que vemos en la tele, seguimos agobiados por los pendones, las mantas, los avisos espectaculares, los anuncios de promesas transformadoras y compromisos cumplidos o por cumplir que aparecen en las unidades del transporte colectivo, los periódicos y demás medios de contaminación visual, en una parodia enervante que se repite hasta el cansancio. La democracia trucada por los medios  y el efecto hipnótico de la red televisiva deja ver su verdadera identidad y los horrores de su tiranía cancelan día a día las posibilidades de hacer política. El Homo Videns de Sartori da cuenta de las características de la sociedad teledirigida, pero en México Televisa reescribe las líneas de la decadencia política en formato de telenovela o de espacio de noticias, retorciendo el cuello de una ciudadanía permeable a la imagen y al mensaje, cuyos efectos contraproducentes nos convocan a rechazar toda forma de participación porque “todos los partidos son iguales”. Lo anterior es el logro de los medios. Es el triunfo de la irracionalidad llevada a niveles de solución, de consigna para el cambio, de recurso para no apoyar al sistema corrupto. Mientras que la idea de la participación electoral duele, la maquinaria supurante de los personeros del sistema se aviva, respira aires de logro, de conquista.   

¿A quién beneficia la no participación ciudadana en los próximos comicios? ¿Qué garantiza que el sistema se haga del triunfo electoral? Consideremos lo siguiente: la política nacional y local ha sido de escándalo, ha indignado a los más tolerantes y ajenos a las cuestiones públicas, ha permitido que el horror y la decepción aniden en muchos ciudadanos; el cinismo y la impunidad parecen ser los ejes rectores del quehacer público, exhibiendo cuadros de corrupción donde se ven las infaltables redes de complicidad con el sector privado. Los negocios nacionales y trasnacionales se hacen a la sombra del poder y la corrupción nunca deja de tener fuertes asideros de complicidad público-privada. En este contexto, ¿a quién se le puede ocurrir no participar en las elecciones? ¿Quién en su sano juicio puede dejar las manos libres a los culpables del desastre nacional? ¿Por qué la autoexclusión de algo que es fundamental para el cambio?

Quienes apuestan al voto nulo, lo que hacen es nulificar su incidencia electoral, habida cuenta que el sistema solamente reconoce los votos efectivos. Como recurso moral es inútil, como desplante emocional, ridículo. Con la abstención y la anulación del voto la telecracia pude echar las campanas al vuelo sin el obstáculo de una sociedad organizada y dispuesta a defender su voto. La corrupción puede confiar en que la desesperación no se va a traducir en una voluntad popular que impulse cambios, que rompa esquemas, que arrase con la podredumbre encaramada en el poder y que instale a un gobierno que responda a las necesidades y aspiraciones del pueblo, porque se ha logrado sembrar la idea perversa de la auto-anulación de derechos políticos de muchos ciudadanos.

Los días de asueto presentes pueden servir para la frustración y la autocompasión o para levantar la cabeza y ver el futuro posible, que se habrá de construir con voluntad de cambio, con participación electoral, con firmeza inconmovible. Si los ciudadanos no actúan, las cosas no cambiarán solas, en cambio sí lo harán los mecanismos de control y enajenación de las masas, cuyo poder de sugestión ha logrado que, contra toda lógica, se siga votando por el PRI y el PAN. Debemos darle vacaciones definitivas a la inercia, a la comodona conmiseración del desencanto, tomar las riendas y prepararnos física y emocionalmente para votar contra el sistema, como lo hicieron los griegos, como lo están impulsando en España, como lo han ejemplificado magníficamente en Uruguay, Ecuador, Argentina, y Venezuela. Todos ellos han acudido a las urnas electorales y han logrado avanzar por la ruta del progreso, la justicia y la democracia.


¿Se imagina qué hubiera pasado si en estos pueblos hubiera vencido la decepción, el desánimo, la inercia y el desgano porque “todo estaba ya planchado”, porque “no se puede contra el sistema”? Nosotros, en México y en Sonora, también podemos. Es cosa de no votar por los mismos, de atreverse a marcar la boleta electoral por ese partido nuevo, que “no va a ganar”, pero que representa una innegable esperanza de avance, un tramo en el largo y sinuoso camino a la democracia. Morena es una buena opción. Votemos. 

martes, 24 de marzo de 2015

Cosas del agua y la política

                                                                   Temeritas est damnare quod nescias
                                                         (Es una temeridad condenar aquello que ignoras)
                                                                                   Séneca


Sumario: 
1. El agua y el fracking. 
2. La huelga de la Universidad de Sonora.


1.
Como sabe el informado lector, el pasado domingo 22 se celebró el día mundial del agua, en medio de serias advertencias sobre los peligros del uso abusivo del vital líquido y la necesidad de ser racionales en su gasto y gestión. El pronóstico para el año 2025 no puede ser más alarmante: muchos sufrirán de escasez, por lo que es imperativo su cuidado (http://www.expreso.com.mx/notas-sonora/del-editor/101525-este-domingo-se-celebra-el-dia-mundial-del-agua.html ).

En México, la suprema sabiduría de los diputados parece inclinarse por poner en manos “de los que sí saben” los recursos hidráulicos del país, es decir, abrir la puerta de la cadena productiva y distributiva a la iniciativa privada trasnacional, con el fin de que su sabia y provechosa administración maneje cuencas, decida redes de distribución y fije los precios correspondientes, en el entendido de que así se generarán los empleos “que el país necesita” y se librará nuestro gobierno de la dura tarea de ser el responsable de este valioso recurso, ahora desperdiciado por ingentes poblaciones que creen que el agua es para beberla cada que se les ocurre.

Desde luego que no faltan las veces críticas a tan previsora medida. Ahí tiene usted al Papa Francisco, que se pone en plan populista al declarar que el agua es de quien tiene sed y que es pecaminoso su acaparamiento. “A nadie se debe privar de agua”, es la condena terrible a los afanes neoliberales de convertir el líquido en mercancía. El Papa sostiene que es un derecho humano (http://www.expreso.com.mx/mobile-mundo/101531-el-papa-exige-que-nadie-sea-excluido-del-derecho-al-agua.html). Los diligentes emporios como Nestlé y Coca-Cola ven con temor tan aventurada afirmación del jerarca vaticano.

A pesar del entusiasmo de los señores diputados que aprobaron la ley de aguas en comisiones y que no la presentaron al pleno por ahora, existen evidencias científicas avaladas por geólogos y ecólogos que señalan con dedo flamígero el potencial peligro que existe en la actual iniciativa de ley, ya que, a pesar de las diatribas de los diputados de “lento aprendizaje”, quedó claro que se trata de una iniciativa privatizadora, que excluye a las comunidades interesadas y que niega el derecho de hacer investigación sobre esta materia, con lo que se incorpora el elemento de opacidad y secretismo a la operación de las futuras administradoras trasnacionales del recurso. A lo anterior se le añade el problema de que el agua se podría canalizar al servicio de las empresas energéticas que a la sombra protectora de la reciente reforma, se van a dar a la tarea de extraer gas lutita o shale mediante el nefasto y ecocida método de la fractura hidráulica, o fracking, ampliamente desacreditado en los países donde se ha aplicado, incluyendo EEUU (http://www.sinembargo.mx/22-03-2015/1285959).


El caso es que el día del agua es una fecha mundial para expresar los buenos deseos de sustentabilidad que los señores legisladores mexicanos no comparten, tan es así que legislan a espaldas de las instituciones científicas y las organizaciones civiles interesadas en la defensa de los recursos naturales, así como las comunidades agrícolas usuarias del recurso. Se pretende tomar por asalto un bien cada vez más escaso y, por ende, más valioso, a pesar de las experiencias internacionales que desaconsejan su privatización, en oposición a la línea del FMI, y otros espantajos financieros internacionales.

La relación entre la reforma energética y la de aguas es cada vez más evidente y terriblemente amenazadora para enormes sectores de población que se verían seriamente afectados por la privatización hidrológica, ya que limitaría sus expectativas de desarrollo agrícola, su calidad de vida y su salud. Lo sensato es actuar en oposición a los intentos legislativos que parecen en sintonía con las trasnacionales, y que afectan no sólo la salud rural y urbana, sino que socaban la soberanía y el dominio nacional sobre los recursos naturales.


2.
En otro orden de ideas, Los sindicatos de la Universidad de Sonora han emplazado a la administración de esta casa de estudios, de tal suerte que si no hay respuesta razonable a sus demandas, estallaría la huelga el día 16 de abril, a las 17 horas. Para no variar, a la mayoría de las demandas sindicales, la administración ha contestado que no.

A propósito de lo anterior, el coro de plañideras ha dado la voz de arranque a sus críticas y lamentaciones en contra de la huelga y a favor del resignado aguante de los trabajadores: el señor Arzobispo de Hermosillo, Ulises Macías, se pone la camiseta de experto en educación y dice categórico que la huelga perjudica la preparación de los estudiantes porque el tiempo perdido se traduce en un deficiente perfil de egreso: “…imagínense los profesionistas que van a egresar”, dice en tono chismoso don Ulises. Por su parte, Xóchitl Lagarda Burton, vocera educativa de Coparmex señala que las huelgas impactan en la educación y “en el resultado final de alumnos formados con calidad” (Expreso, 23/03/2015).

Con más de 30 años de experiencia en educación superior a cuestas, me llama la atención este tipo de afirmaciones, por ser falsas, manipuladoras y evidentemente políticas. Reflejan de manera lamentable una postura patronal, inhumana, de franca oposición al ejercicio de los derechos laborales que dan una mala señal a los estudiantes y a sus familias porque, como se vea, ponen frente a los derechos laborales el sofisma de la buena o mala preparación.

Lo cierto es que el derecho a la educación no se ve afectado en absoluto, subsiste mientras el estudiante reúna los requisitos para permanecer en la universidad, de acuerdo a lo establecido en el Reglamento Escolar. La suspensión de actividades no es factor de retraso en el aprendizaje, por la simple y sencilla razón de que no es un proceso de almacenaje de conocimientos, sino de procesamiento y apropiación de los mismos que no sigue la lógica lineal de una cadena de producción por que depende más bien del nivel de significancia que tenga el conocimiento adquirido. Muchas veces no se aprende en el aula, sino cuando se recrea la lección y se analiza en la serenidad del hogar. La huelga, de haberla, puede ser aprovechada para que los jóvenes se pongan a leer, a repensar los temas, a apropiarse del conocimiento. Esto no ocurre al mismo ritmo o la misma intensidad.


Tanto el Arzobispo, la funcionaria patronal, como el gobernador del Estado,  que recientemente declaró ver “un trasfondo político en la huelga”, están trágicamente equivocados. Lo razonable es que no se metan en asuntos que ignoran ya que, en todo caso, sus opiniones revelan en efecto un “trasfondo político” francamente porfiriano, antisindical, contrario a la propia legalidad de las acciones de los trabajadores organizados en sindicatos (http://www.expreso.com.mx/notas-sonora/del-editor/101613-movimiento-de-huelga-si-tiene-tintes-politicos-staus.html). ¿Podrán algún día superar su trauma autoritario prerrevolucionario? ¿Tendrán idea del contenido social de la Constitución y la legislación que de ella emana? ¿Alcanzarán a imaginar que los trabajadores universitarios son cabeza de familia de muchos estudiantes que merecen mejores condiciones de vida? ¿Sabrán que los actuales estudiantes son los trabajadores del mañana? Es claro que si lo saben les importa un rábano. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

18 de marzo

                                                                                             Nescire quid antea quam natus sis acciderit, id est semper ese puerum
                                                                                   (Desconocer lo que ocurrió antes de que tú nacieras es ser siempre un niño).
                                                                                                                                Cicerón



Día 18 de marzo, fecha conmemorativa de la expropiación petrolera. La noticia del despido de Carmen Aristegui ha ocupado la atención de las fuerzas sociales y el 77 aniversario petrolero pasa de noche. A nadie se le ocurrió convertir la fecha en un detonante contra la obscena entrega de nuestros recursos. Los impulsos de la organización social han caído en garras de la eventualidad, así que nuestra historia política y las conquistas del pueblo mexicano tendrán que esperar algún hueco informativo. Al parecer nos ha ganado la reivindicación de un derecho frente a la defensa de la soberanía nacional.

Si bien es cierto que la solidaridad en defensa de un derecho es básica para la coexistencia y sana convivencia social, no significa que los hechos que han afectado a la nación durante la triste etapa neoliberal no deban dimensionarse, poner en perspectiva histórica y en todo caso, ocupar un lugar en las prioridades de las fuerzas sociales.

Las reformas neoliberales de la decena trágica del panismo y ahora los años de tele-gobierno de Peña Nieto, han golpeado la conciencia nacional y han puesto en posición de extrema vulnerabilidad no sólo derechos fundamentales de los ciudadanos en lo laboral y lo político y cultural, sino en nuestra concepción del deber ser social y patrimonial mexicano. 

La entrega de los recursos nacionales entre los que destaca el petróleo y se anticipa el agua, afectan seriamente nuestras expectativas de progreso y bienestar, cuyas consecuencias se presentan en forma de contaminación de la tierra y el agua así como focos de violencia criminal que desencadenan movimientos de expulsión de las zonas rurales,  acabando con la economía campesina y reduciendo sustancialmente la autosuficiencia alimentaria nacional. 

En este contexto, la simulación y desinformación se complementa con la manipulación informativa en aras de controlar la opinión pública y distraer a los luchadores sociales, trivializando la protesta, atomizando la resistencia y desalentando la organización ciudadana. En ese sentido, la labor del periodismo honesto y objetivo es invaluable.

Es justamente en este momento cuando debemos guardar las proporciones entre lo histórico y político y la justicia y legalidad de las acciones del gobierno y los particulares, concediendo a cada cual su lugar en el entramado de derechos y obligaciones que nos hacen y distinguen como sociedad civilizada. Ni el gobierno debe ser omiso en sus obligaciones ni los agentes privados deben asumir que el poder del dinero suple la autoridad de la ley.

En un país donde la ley se viola de manera viciosa y reiterada, la ciudadanía debe ser particularmente vigilante de las formas sin dejar de ver el contenido de cada acción y reacción del poder formal y el fáctico. En tal virtud, la lucha por los derechos ciudadanos debe ser complementada con la más objetiva e informada dimensión histórica de los hechos, a fin de detectar tanto distractores como mecanismos de manipulación, disuasión o provocación. La oposición al neoliberalismo en el poder está obligada, por tanto, a actuar sin dejar flancos a merced de los embates de la derecha extranjerizante y apátrida.

El día de la conmemoración del 77 aniversario de la expropiación petrolera, el país no se incendió, no hubo marchas multitudinarias, no se llamó a la huelga general contra las reformas que destilan traición y entrega al extranjero. No cayó ningún gobierno y no se reescribió la historia de los usos y abusos del poder. Las luchas y reclamos sociales cubrieron su cuota de vigencia en forma atomizada, dispersa, sin pena ni gloria, aunque demostrando su potencial y su indeclinable sentido de solidaridad contra las injusticias cometidas o solapadas por éste y el anterior gobierno.

El problema de la pérdida de las proporciones históricas de los fenómenos permite que la enajenación sea parte de la vida cotidiana de los actores sociales, de suerte que las acciones a favor de una causa tiendan a ocultar cuando no diluir y minimizar agravios de carácter político trascendental. Nos solidarizamos con Carmen Aristegui pero olvidamos la pérdida de nuestros recursos petroleros.

En la medida en que las fuerzas sociales maduren y sean más conocedoras de nuestra historia, adquieran más cultura política y generen dinámicas enfocadas a dar cuenta de nuestros problemas nacionales, más posibilidades habrán de construir verdaderas agencias de cambio y transformación económica, política, social y cultural. Sólo en ese momento, la existencia de los partidos políticos de izquierda tendrá verdadera consistencia teórica y práctica para ser una opción progresista y revolucionaria.

Mientras tanto, la acción social de oposición dará tumbos dentro de los estrechos márgenes que el propio sistema establezca, sea en forma evidente o subrepticia, mediada por la prensa escrita y electrónica a su servicio, por las acciones de hecho que impulse el gobierno y los mecanismos de control civil que violenten el derecho y criminalicen la protesta y la libre manifestación de los opositores al sistema.


Queda claro que la organización social y política transformadora debe contar con sus propios recursos de comunicación y propaganda que informen, orienten y organicen las acciones de los ciudadanos que aspiren a mejores condiciones de vida en el presente y el futuro. En este sentido, el periodismo como instrumento de la transformación social contribuye a la creación de mejores condiciones para el cambio. 

lunes, 16 de marzo de 2015

¿En realidad se debate?

                                                                       Decipti non censetur qui scit se decipi 
                                                      (No se considera engañado quien sabe que es engañado)

En temporada electoral se estila montar espectáculos circenses o, si se prefiere, reality shows que atraen las miradas y los oídos de un público animado por la expectativa de presenciar luchas de máscara contra cabellera verbales, traducidas como el ataque verbal esgrimiendo los trapitos sucios y raídos de los adversarios, de suerte que los fanáticos de la nefasta señorita Laura (o en su momento Cristina Saralegui), reciban su dosis de cotilleo, vulgaridad y estridencia comunicativa envuelta en revelaciones y ataques varios. Los caminos de la vulgaridad son infinitos y el público babeante de emoción se pone al borde del orgasmo cuando algún contendiente asesta una puñalada al contrario, que chorrea cinismo cuando no una bien cuidada hipocresía que se pone al alcance de todos mediante las maravillas de la televisión.

El llamado debate concita la entusiasta participación del ciudadano que se mete en el papel de actor principal del carnaval de comparsas subdesarrolladas que, sin recato ni capacidad autocrítica, pueden colmar los espacios dedicados a la exhibición político-electoral. Tal situación permite suponer que la política en México no pasa de ser un remedo trasnacionalizado que no acaba de anclar en la conciencia de los electores con mentalidad de peones de hacienda porfiriana, de acarreados con actitud vacuna que pastan en las siniestras praderas de la manipulación mediática. Aquí se ve una pálida parodia de lucha ideológica, conceptual, argumental, de inteligencia y manejo de las cifras y demás datos que revelen el estado de cosas que guarda el estado, el municipio y el sector de interés, sólo que reducida al absurdo, a la expresión más pedestre que sea posible encontrar. Y se encuentra cada vez que a alguien se le ocurre posar ante cámaras y micrófonos para hacer alarde de su capacidad de ridículo, de su desparpajo en ofender y agredir fingiendo que ese espectáculo es un debate.

El problema más grave es que la gente que los promueve y asiste no tienen idea de lo que es debatir, es decir, la confrontación de proyectos políticos, de visiones del deber ser nacional o local analizados en forma temática, donde se presenta el problema y su solución, de acuerdo a la óptica particular de cada contendiente. En cambio, los participantes se limitan a reaccionar y responder ataques y recriminaciones con otros ataques y recriminaciones, en un juego donde el que “gana” lo hace por el manejo de imagen que logra embarrar en las neuronas de los espectadores. Aquí no importa la solidez de los argumentos sino la actitud, la gestualidad, el tono de la voz, los elementos de un espectáculo siempre más emocional que racional. La idea pavloviana del estímulo y respuesta en plena acción.

En el caso concreto de un “debate” entre Claudia Pavlovich (PRI) y Javier Gándara (PAN), es fácil suponer que el plato principal estaría compuesto por la misma bazofia triunfalista que ambos partidos nos han endilgado a través de los años, con las mismas promesas del cambio y con los infaltables ataques a la gestión del contrario, los evidentes hechos de corrupción y la hipócrita transferencia de culpas al contrario. Ambos pueden echar mano del apoyo de sus partidos y los recursos económicos y logísticos de que pueden disponer, pero también ambos comparten el inconveniente de ser señalados como producto de negociaciones, tráfico de influencias y manejo de recursos cuyo origen y disposición carece de transparencia.

El repaso sereno de nuestra historia política, sobre todo de Salinas en adelante,  demuestra que PRI y el PAN son los causantes de la debacle nacional y local en materia de seguridad pública, de una mala política económica y una verdadera crisis de credibilidad basada en el pésimo desempeño de sus gobiernos que se profundizó a partir de la década de los 90. La corrupción, violación de la soberanía nacional y enriquecimiento privado a la sombra del poder público son puntos de coincidencia en la trayectoria de dos partidos que en lo nacional y lo local han hablado de cambios, de combate a la corrupción y de progreso, sin cumplir ninguna de sus promesas y, en cambio, han profundizado el saqueo de recursos, la inseguridad y la transgresión de la ley.

En buena lógica, ninguno de los dos candidatos puede hablar honestamente de cambios cuando quienes los impulsan y apoyan son precisamente los mismos que han ocasionado el daño. No pueden negar la cruz de su parroquia. No se puede poner a un adicto al frente de una clínica de rehabilitación sin que sea una farsa y una incongruencia monumental.

Los debates para ser ciertos dependen de la madurez política de los espectadores y la capacidad y conocimiento de los problemas y las posibles soluciones de los contendientes, animados por el firme deseo de resolver problemas y encontrar soluciones que sean viables, realistas y efectivas. La demagogia, los desplantes teatrales, la mentira y la manipulación no tienen cabida. Sin embargo, el instituto electoral, los partidos y una jauría de apoyadores facciosos siempre estarán dispuestos a tomar escenarios y atraer a los medios de comunicación a costa de la credulidad ciudadana y la dignificación de la política. De ahí que el formato y la mecánica del debate obedezcan a fines simplemente publicitarios, a intereses donde la simulación de la democracia es una prioridad porque oculta, disimula y enmascara la verdadera intención manipuladora. 

La actual clase política-empresarial no aporta al desarrollo de una mayor conciencia cívica, una mejor actitud ante los graves problemas que aquejan a la comunidad, un mayor compromiso con la sociedad y su progreso y bienestar, sino al contrario. Se reproducen los mismos vicios amplificados por el tamaño de la crisis que han causado los mismos que ahora nos prometen el cambio. Es claro que no habrá “otro Sonora” si los actores políticos son los mismo. El PRI y el PAN han demostrado lo que son: las caras de una misma moneda cuya ideología y práctica política y gubernamental rebasa los límites de lo legal y pasa a los cenagosos dominios del crimen organizado. 


Sonora y Hermosillo merecen un futuro mejor, pero esto no será posible si los ciudadanos no están dispuestos a abandonar las inercias electorales y siguen votando por los mismos. Es demencial suponer que se solucionará un problema sin cambiar nuestra forma de abordarlo y encontrar soluciones. Se debe tener disposición y valor para el cambio. ¿La tenemos? 

lunes, 9 de marzo de 2015

El circo y sus animales

                                                                                                         Emitur sola virtute potesta 
                                                                                             (La autoridad solo se compra con la virtud)
                                                                                                                            Claudio

Comienzan las campañas oficialmente, lo cual no deja de ser un dato anecdótico habida cuenta la precocidad manifiesta por el PAN de apoderarse de los espacios públicos, así como la capacidad de fijar los rostros y frases de los suspirantes putufos en las unidades del trasporte colectivo. Por el rumbo de Villa de Seris, Damián Zepeda Vidales revela que hay tres cosas que unen a los hermosillenses: la carne asada, las coyotas de Villa de Seris y la capirotada en semana santa, “Es lo que compartimos y es lo que nos une. Y con esta unidad podemos enfrentar juntos el futuro” (Expreso, 05/03/2015, General, p. 3). La simplona y cursi declaración plantea no pocos problemas de orden práctico, ya que estos tres elementos de la cocina regional no califican de manera suficiente como lazos de unión político y social que nos puedan dar blindaje alguno contra los avatares del destino, las amplitudes de la dieta moderna, los gustos y preferencias y, para colmo, los valores políticos que cada ciudadano tenemos y debemos defender. El estómago no puede ni debe ser el filtro de nuestras decisiones electorales ni el órgano administrador de nuestro actuar político.

Si sólo nos unen las coyotas, la capirotada y la carne asada, ¿qué hay de las ideologías, la visión de futuro, los compromisos sociales y políticos que representan nuestro proyecto de municipio, de estado y de país? ¿Podremos enfrentar el futuro con una dieta rica en calorías, grasas y carbohidratos?

Mientras que el candidato panista a gobernar Hermosillo se debate en una lucha gastronómica, por el lado del gobierno del estado los disparos son de salva, cortinas de humo y gasto en saliva que se carga en la cuenta de los futuros beneficios de una elección que, por donde se la vea, huele a conciliábulo, frío cálculo mercantil, en un remedo de campaña que habla ya de triunfos y reformas antes de decir el tradicional “sí protesto” de asunción del cargo. Tiros de fogueo que sobrevaloran la capacidad de apantalle del espectador de los duelos políticos que son, como la lucha libre, coreografía, despliegue de arte histriónico, farsa y sainete, donde todo queda entre compadres, socios de negocios y cómplices de corruptelas. El PRI y el PAN lucen embarrados de la misma mierda, mientras que el PRD se empeña en reclamar su parte del maquillaje.  

La Ley General de Aguas súbitamente aprobada en comisiones por los diputados del PRI, PAN, Verde y Nueva  Alianza (http://www.sinembargo.mx/05-03-2015/1271647), viene a revelar el grado de abyección de que ha sido capaz la Cámara de Diputados. Sucede que la disponibilidad del vital líquido se va a reducir a 50 litros por persona, es decir, la mitad de lo que se recomienda internacionalmente para efectos de una vida sana, además de que se podrá concesionar hasta por 30 años prorrogables la producción, distribución y comercialización del agua. Esto significa lisa y llanamente que la iniciativa de reforma va con dedicatoria para las trasnacionales y, desde luego,  los empresarios favoritos del régimen entre los que destaca el grupo Higa, agente inmobiliario de la presidencia (http://www.jornada.unam.mx/2015/03/08/sociedad/033n1soc). Como era obligado, ya hay inquietudes e iniciativas de organización ciudadana para hacer frente a lo que es un verdadero robo a la nación y una clara violación del derecho humano de acceso al agua reconocido internacionalmente y que ahora, en esta isla legal llamada México, se cancela y nos regresa a los anchurosos tiempos de la dictadura porfiriana, generosa protectora de hacendados con derecho al uso y abuso del líquido, en clara contradicción con el derecho de personas y comunidades. Los abusos contra los pueblos y los productores rurales simplemente se legalizan, si se toma en cuenta el saqueo de los recursos hidráulicos que perpetran empresas como Nestlé y Coca-Cola, por ejemplo.     

Arely Gómez va a la PGR, gracias a la fervorosa entrega de los legisladores de los partidos PRI, PAN, PRD y PVEM a los intereses de Televisa mediante su apoyo a la hermana de Leopoldo Gómez, vicepresidente de noticias. (http://www.jornada.unam.mx/2015/03/04/politica/005n1pol). La recua legislativa neoliberal ha logrado instalar como titular de lo que será la Fiscalía General de la República a la hasta hace poco senadora integrante de la telebancada priista al servicio del negocio de Azcárraga. Las formas se han perdido y la gente común tiene razón en decir que el actual gobierno no nada más debe decir que hay que repensar el rumbo que llevamos, sino actuar en el sentido de una recomposición de las cosas. ¿Qué gana Peña en ahondar el desprestigio de la institución presidencial, acabar con la credibilidad de la Suprema Corte de Justicia, y acabar de embarrar de parcialidad la PGR?

En un arranque de cordura, el ayuntamiento de Hermosillo decidió prohibir el uso de pendones en los espacios públicos del municipio, con lo que se ve altamente favorecida la comunidad y, sobre todo, la democracia. Debemos decir adiós a los hartantes pedazos de plástico que arruinan el ambiente y contaminan visualmente la ciudad ((Expreso, 4/03/2015, General, p. 1). La decisión inevitablemente nos lleva a recordar los jaloneos y magullones de que fueron objeto algunos estudiantes que no hace mucho emprendieron la tarea de salear el ambiente, contrarrestando el agandalle urbano de los panistas adictos a Javier Gándara. El recuerdo de un joven rodeado de policías aferrado a una cerca es impactante. Sin duda los agentes perpetradores deben estar haciendo actos de contrición por el absurdo y ridículo papel escenificado. El sueldo de un policía no compensa el ridículo espectáculo que da un agente cumpliendo órdenes absurdas y violatorias de los derechos ciudadanos, menos si las acciones son por iniciativa propia.

Nuevamente campea la cerrazón y el desprecio por los derechos de los trabajadores en el campus universitario. El sindicato de académicos de la Universidad de Sonora enfrenta de nueva cuenta la política del no-diálogo y el manido expediente de contestar sin responder a las preguntas, demandas y cuestionamientos de los sindicalistas, quienes buscan estabilidad en el empleo, una jubilación justa y un programa de vivienda para los agremiados.
La administración universitaria refrenda su escasa voluntad de diálogo que, en este caso, tiene episodios de franca confrontación ya que los trabajadores demandan claridad en el rubro de los recursos disponibles mientras que la administración está cerrada a la transparencia. Mucho se pudiera lograr si la administración trabajara en la gestión de los recursos que corresponden por derecho a la universidad, al lado de las acciones de los sindicalistas frente a un gobierno estatal con modos de cuentachiles y que es afecto a pellizcar y retener fondos ya asignados legislativamente. En la Unison no se trata del “ustedes y nosotros” sino de las acciones que pueden ser concertadas entre administración y sindicato en beneficio de la institución y el logro de su misión trascendente. Ya va siendo tiempo de que las autoridades entiendan cuál es la situación y cuál es la actitud que la sociedad espera.  La prudencia y la honestidad no hacen mal a nadie, al contrario.

Los animales de circo supuestamente favorecidos por una ley impulsada por el Partido Verde Ecologista que prohíbe su uso en este tipo de espectáculos, lejos de estar felices y en ambientes más propicios para su tranquilidad y salud se encuentran frente a un futuro incierto, ya que las instalaciones públicas para su mantenimiento y exhibición carecen de capacidad para albergarlos, de donde se desprende que primero se aprobó una ley y después se verán las formas de resolver los problemas directos y colaterales  de la acción legislativa animalera.  Algunos empresarios circenses ya piensan en “dormir” a los animales, ante la imposibilidad de mantenerlos. ¿Tendrá sentido legislar sin calcular las consecuencias de la aplicación de la ley aprobada? Usted dirá que no, pero en México primero  legislas y después viriguas (http://www.cronica.com.mx/notas/2015/883820.html).

No es raro que las leyes salgan del horno legislativo y que, aun humeantes, empiecen a demostrar que son contraproducentes, como por ejemplo los casos de la reforma laboral, la energética y la fiscal, que ya están cobrado vidas y haciendas a la sufrida economía mexicana, sin que se den por enterados los autores visibles de las iniciativas. Así las cosas, somos un país donde se asfixia económicamente a los ciudadanos y se deja en libertad de morir en el desamparo a los animales. Un circo macabro que resuma sadismo y desprecio por los derechos humanos y otras formas de vida. Hora de pensar racionalmente, hora de actuar socialmente.